domingo, julio 31

Gracias

No importa si me equivoco, se que puedo contar contigo para aprender del error. 
No importa si me siento triste, se que puedo llamarte para volver a sonreir. 
No importa si caigo, se que puedo mirar hacia arriba y verte ahí, con la mano extendida hacia mi. 
No importa que todo sea imaginario, porque lo siento real. 
No importa cuando lejos estemos, porque sé que lo que siento cruza fronteras. 
No importa que no te vea, mis ojos no necesitan certificar lo que mi corazón ya conoce. 
No importa que sea de poco tiempo, pero para mi ya eres especial. 
Hey, no importan las faltas ortográficas, ¿verdad?
Gracias por mucho.

jueves, marzo 31



Hoy

Hoy, hace 18 años, te conocí.
Hoy, desde hace 17 años, te llamo papá.
Hoy, hace 15 años, fuiste al cielo, y desde ese momento te convertiste en mi ángel.
Hoy, desde siempre, has sido mi único papá. Por qué padre no es el que te da la vida, sino el que te permite seguir viviendo con un corazón lleno de amor.
Hoy, quiero volver a escucharte decirme gusanita, como cuando tenía 2.
Hoy, cada canción me recuerda a ti.
Hoy, aunque salga el sol, siento frío, por la ausencia de tu calor.
Hoy, ya no soy una niña, aquella que te hacía bailar aún cuando la debilidad de tus rodillas no te lo permitían; aquella que te robada siempre el pan del desayuno y se iba corriendo a acusarte con mamá porque no podías comer harina; aquella niña que se sentaba sobre tus piernas y te besaba las mejillas...
Hoy, quiero llorar; llorar hasta que el dolor que me produce extrañarte se calme y deje de arremeter contra mi pecho dejándome sin aire.
Hoy, quiero que desde donde estés, te sientas orgulloso de mí.
Hoy, a pesar de todo el tiempo que ya ha pasado desde tu muerto, aún no puedo ni quiero asimilarlo, porque te necesito, porque a veces, por mi estúpida debilidad, cuando veo a tus nietos ir al colegio de la mano de sus papás, siento una maldita nostalgia que me hace odiar tu ausencia.
Hoy, necesito saber si aún piensas en mí, si aún sigo siendo tu hija. Si aún me amas, como no lo hizo aquel señor que se fue antes de que naciera; tú llenaste ese vacío que aún no entendía por lo pequeña que era, pero que ahora me perfora el pecho y hace renegar de Dios, por haberte llevado, por haberme dejado sin papá. ¿Tienes idea de cuanto te necesito?
Hoy, te llevare flores, esas rojas que tanto te gustaban, las que comprabas para el centro de la mesa.
Hoy, hoy, hoy...
Quiero alcanzarte, quiero mirar hacía el cielo y verte sonreírme, quiero extender mi mano y que me lleves contigo. ¿Me escuchas? ¿Puedes sentir lo que yo?
Prometiste cuidarme siempre. No te olvides de mi.
Te amo papá. Que Dios te siga acogiendo, y que cuando me toque ir a tu encuentro, me tenga un lugar a tu lado; te extraño viejo, mi único papá.

martes, octubre 5

Aqui no hay química

¿Qué quieres? ¿Hacerme llorar? Ya lo has logrado. Mi corazon reniega de que sigas aqui, presionando contra el, dejandome sin respiración, consumida por mi oscuridad, tan frágil, tan estupidamente deprimida.

¿Y ahora qué? ¿Vienes con algo nuevo? ¡No me jodas! Ya no hay nada nuevo, ya lo vi todo, ya lo senti todo, ya no me queda ninguna lagrima que llorarte, o almenos eso pensaba.

¿Por qué regresas? No te basta con herirme sino que tambien lo haces con los que quiero. Por qué te apoderas de todas las cosas que creía buenas, por que me hundes más en esta oscuridad que nunca acaba, ya quiero ver la luz, ¿Es pecado pedir compasion? Pues entonces quiero ser pecadora, y probar de aquel dichoso infierno al cual los creyentes temen; aquel infierno no puede ser peor que este.

¡DEJALA EN PAZ! Ella no te merece, tú no la mereces a ella. No la quiero ver llorar cuando otros se lastiman mutuamente y tu risa macabra se escucha como un eco fastidioso; ¿Ya acaso no has hecho suficiente? Todas las lagrimas que de niña te ofrecio no bastan y la quieres ver arrodillada de nuevo ante tu inmunda presencia, prefieriendo la vida ajena a la de ella, rogandote que te vayas, que no vuelvas. Yo la amo, ¿Por eso lo haces verdad? Nunca mis lagrimas y mi sangre seran suficientes, tu sed me enoja, saciate y largate.

Los gritos, las peleas, las maldiciones, las lagrimas, la sangre...

Vete por favor, ahora me tienes a tus pies, rogandote que te vayas, que nos dejes tranquilos. No quiero verla llorar, no quiero que su corazon se agite, me da miedo que me falte, la amo, por favor, solo vete.

martes, julio 6

Clara

Sus ojos brillaban, su sonrisa brillaba, sus manos, una de ellas sujetandome por la cintura y la otra guardando cálida y suavemente la mía, temblaban discretamente permitiendome sentir su calidez. Se estaba acercando, nos miramos fijamente cuando, sin aviso alguno, sus manos tomaron mi rostro y con una caricia me encerraron en el laberinto de sus ojos, aquellos hermosos ojos café; mi cuerpo se adormeció. De pronto nos encontrábamos solos en el centro de la pista de baile, sus manos cálidas y víctimas de la duda, apretaban delicadamente mis mejillas, acercándome a sus labios.

Parpadeé tres veces rápidamente, para comprobar si era real, si es que no me encontraba envuelta en un maravilloso y excitante sueño; lo miré nuevamente, sonreí. Tímido, me devolvió la sonrisa. Ya podía sentir su pecho rozándome, su nariz apretando contra la mía; entonces, cerrando los ojos se inclino hacia mí. Cerré los propios. Sus labios apretaron los míos, enredándonos en una dulce sensación. Su mano derecha tomo mi cintura firmemente, aunque aún podía sentir que temblaba, y me atrajo hacía él, más cerca de lo que hubiera necesitado estar, pero no más cerca de lo que en ese momento quería estar. Sin saber lo que hacía, y siendo guiada por un repentino impulso inconsciente, rodee su cuello con mis brazos, invitandolo indirectamente a abrazarme, a no dejar que ese momento termine. Se detuvo. Me detuve.

Abrimos los ojos al mismo tiempo, no miramos, sonreímos y nos besamos nuevamente, pero con una intencidad diferente. La música se detuvo y él junto a ella, cuando las luces empezaron a subir paulatinamente pude ver el rubor en sus mejillas, así como él el rubor en las mías, volví a sonreír. ¿Esto realmente paso? - me cuestionaba para mis adentros, mientras sus ojos no dejaban de penetrar en los míos. Pude sentir como alguien se acerco por detrás y halo de mi brazo, separándome de él mientras murmuraba una frase ineludiblemente. Las luces volvieron a apagarse y lo perdí de vista, volví la mirada hacia la persona que me llevaba y me detuve obligandola a detenerse conmigo. No tenemos tiempo para esto, Clara. ¡ Vayámonos! Nos esperan afuera. No tuve otra opción más que seguirla, mientras me preguntaba si algún día volvería a saber algo de él.